Isabel Preysler, la Madame Pompadour española

Personajes

Con la ayuda de su biógrafa, Paloma Barrientos, y el experto Juan Luis Galiacho, Caras traza un perfil de la mujer que ha conseguido que Mario Vargas Llosa deje a Patricia definitivamente. Sólo Isabel Preysler podía conseguirlo. Ella no es cualquiera. Eso lo sabe hasta la todavía esposa del escritor, que lleva viéndole las orejas al lobo desde hace más de 25 años.

Isabel Preysler no necesita tarjeta de presentación en España. Ella es la Preysler, “la reina de corazones”, empieza describiéndola la prestigiosa periodista Paloma Barrientos, autora de las primeras, y pocas, biografías del personaje más importante de la sociedad española. Y esta coletilla no es banal. Hasta el Centro de Investigaciones Sociológicas (el CIS), un organismo dependiente del Estado encargado de realizar barómetros, la nombró en su día la mujer más famosa de España. Allí lo es todo menos ser solamente la ex mujer de Julio Iglesias o la madre de Enrique.

Lo más paradójico es que su  fama radica precisamente en su currículo sentimental. “Sin ser nadie ha conseguido un peso específico a través de sus maridos. Primero con el cantante que más discos vende de habla latina, luego el Marqués de Griñón, un aristócrata muy importante, amigo del rey Juan Carlos. Y por último, Miguel Boyer, el primer vicepresidente y ministro de Economía del gobierno de Felipe González”, enumera Paloma, autora de Isabel Preysler, reina de corazones, un libro publicado en 1991.

Esa es otra, Isabel lleva siendo un personaje famoso veinte años antes de que la periodista publicara su biografía. En concreto desde 1971, cuando el cantante anunció su boda con una bella filipina de raíces españoles que se rodeaba con la jet-set de la época tras su llegada al país, en 1969.

Desde entonces, y ese ha sido su otro logro, ha sabido mantenerse en la crème de la crème. “Sigue siendo un reclamo para firmas comerciales y fiestas, y la revista ¡Hola! sigue vendiendo portadas a través de ella”, añade la experta.

La base de su éxito radica en su poder de seducción. “Yo la definiría como una Madame Pompadour”, sentencia Barrientos. Y en el hecho de que – por mucho que ella misma diga: “Nunca me han impresionado las personas por su popularidad” – “tampoco se ha enamorado nunca de un dependiente”, recalca Paloma.

Isabel justifica esta casualidad con el argumento de que, al fin y al cabo, es el ambiente en el que se mueve. Un universo en el que se metió a propósito en su Manila natal para prosperar dentro de la alta clase social, a la que ya pertenecía. El periodista Juan Luis Galiacho, que en 2014 publicó Isabel y Miguel, 50 años de historia en España, cuenta a Caras el porqué de su traslado: “Salió de Filipinas porque iba de barra en barra y de pasarela en pasarela. Y los padres, ante el temor de que se perdiera en las drogas como les había ocurrido a sus hijos varones, la enviaron con 18 años a casa de sus tíos”.

En España no sucumbió a la mala vida, pero el país sí que lo hizo ante ella. Cada relación nueva ha supuesto un terremoto mediático. Sus relaciones forman parte de los grandes escándalos de la sociedad porque tiene la capacidad de conseguir que los hombres más intelectuales pierdan la cabeza por ella y “hagan todo lo contrario a lo que habían hecho hasta ese momento”, apostilla Barrientos. “Todos han caído rendidos”, dice Galiacho. El cantante famoso, el aristócrata, el ministro y ahora un Nobel de Literatura.

A sus 64 años, la Preysler hace tiempo que descubrió que los sentimientos dominan la razón – reconoció en 1985 – y quién mejor que ella para dominar el arte de las geishas. “Ese halo de misterio, ese exotismo, esa belleza cautiva a los hombres”, nos explica Juan Luis. “Y luego también se ha hablado mucho de sus dotes amatorias”. Paloma añade: “Les hace sentir la persona más importante, les quita todas las preocupaciones y les crea un mundo irreal”.

Galiacho la describe en su libro como una amante sumisa y abnegada, pero es una estrategia. “Les chupa la sangre”, nos dice en nuestra conversación. “Y los convierte en perritos casi falderos”. Cuando uno se empareja con la Preysler deja de ser quien es y pasa a ser simplemente la pareja de. A estas alturas, en España, a nadie le importa ya cuál será la próxima novela de Vargas Llosa.

Y eso que es capaz hasta de humillarlos. Como cuando posó con Carlos Falcó – el marqués – para desmentir su relación con Boyer luciendo el colgante que éste le había regalado, o cuando el pobre Falcó fue testigo del atrevimiento del ministro mandándole flores a su casa el día de San Valentín. Y, aun así, Carlos se quedó destrozado tras la separación. “Es una mujer de formas muy finas, no levanta la voz en absoluto, no es beligerante”, explica Galiacho sobre el motivo por el cual todos sus ex le dedican alabanzas.

Estas cualidades son suficientes para esconder otros aspectos de su personalidad, no tan positivos. “Es una mujer super maquiavélica, controladora, nada espontánea, nada natural y muy fría. Calculadora al cien por cien, en el sentido completo de la palabra: las fotografías, el photosohop, el momento en que aparece en público, lo que dice”. Paloma coincide: “Mide absolutamente los tiempos, no se le va nada de las manos”.

No es casual que Porcelanosa, de la que Isabel es imagen, invitase a Mario a la última fiesta que el príncipe Carlos de Inglaterra organiza todos los años para agradecer la contribución económica de la firma de azulejos a su fundación. Y también cobra sentido que en la entrevista a Isabel por parte de ¡Hola!  (su vocero oficioso) durante  la fiesta en Buckingham – ojo, una semana antes de que se publicase la famosa foto de espaldas de la nueva pareja – la reina del baldosín dijese que se sentía viuda desde que Miguel sufrió un derrame cerebral en febrero de 2012 (Boyer murió el pasado septiembre).

Es también una mujer “muy repetitiva”, define Juan Luis en el sentido de que ha establecido un patrón de conducta para todas sus relaciones. Para empezar, “no puede estar sola (…) a rey muerto, rey puesto”, nos dice Paloma durante nuestro encuentro en la redacción de Vanitatis, la web de noticias del corazón que fundó hace unos años.

Dos, da estabilidad a sus matrimonios quedándose embarazada (con Mario esto ya no será posible, claro). Una vez nacidos los hijos, parece ser que se “cansa”, opina Paloma. Entonces conoce a un nuevo varón y “solapa sus matrimonios con su nueva relación” (como ocurrió con Julio, con el marqués e incluso a lo mejor con Boyer y Mario). Eso sí, no deja al marido hasta que ya tiene amarrado al amante.

Más patrones: “Siempre ha comenzado una relación cuando el otro sufría un ocaso sentimental con su pareja”. Se escuda en las fiestas “para no levantar sospechas”, sigue enumerando Galiacho. En su día consiguió que un marqués y después un ministro se metieran en el maletero de un coche para llegar a su casa sin ser vistos. A sus 81 años, Mario ya no está para esos trotes “pero lo que sí ha hecho es disimularlo en fiestas”. También los obliga a que corten con sus parientas antes de oficializar la nueva relación, pese a que todo el mundo sepa que ya eran amantes. Con Mario ha sido la excepción porque fue ¡Hola! quien anunció que los Vargas Llosa estaban separados el mismo día que publicó la primera foto de la ya nueva pareja.

Paloma sospecha que quizás esta vez a Isabel se le escapó el detalle de que la nuera del escritor había subido a Internet unos días antes una foto de la familia con el mensaje de que estaban celebrando el cincuenta aniversario de boda de Mario y Patricia.

Galiacho, sin embargo, cree que Isabel es tan controladora que puede que esta vez incluso haya manejado los hilos para que Vargas se decidiese a dar el paso. “Podría haber barajado los tiempos de cara a hacerle reaccionar, que se deje de tonterías y salga a la palestra para romper la relación con la esposa”.  Por cierto, según fuentes de Paloma, Mario llamó a Patricia para anunciarle lo que ¡Hola! iba a publicar y que ella habría estado dispuesta a perdonarlo si cortaba la relación. En caso contrario le habría pedido que se fuera de la casa que tienen en Madrid. El escritor se ha mudado al Hotel Eurobuilding.

Crónica anunciada de una relación

A Mario probablemente no le gustaría este ladillo dada su enemistad con Gabriel García Márquez, pero la comparación con una de las obras más famosas del escritor colombiano sea de lo más apropiada si tenemos en cuenta cuándo surgió su relación con la Preysler. La historia oficial es que se conocieron en 1986, cuando ella lo entrevistó para el ¡Hola! en sus tiempos de colaboradora. A partir de ahí los matrimonios Vargas Llosa y Boyer se hicieron amigos y se veían en sus vacaciones en Marbella o cuando los primeros pasaban por Madrid.

Ahora bien, la relación de amistad siempre habría sido entre los hombres porque Paloma sostiene que en el año 1989 hubo un “tonteo” entre Mario e Isabel. Galiacho también nos habla de ello: “Hay rumores de que se les pilla en una fiesta, de que hay alguna foto, incluso fuentes muy próximas a Julio Iglesias dijeron que Isabel estaba completamente loca por Vargas Llosa. Pero eso se desmintió rápidamente, y como también salió el bulo de que estaba con Jorge Valdano, pues pasó desapercibido”.

El tonteo no fue a más “porque Patricia se dio cuenta de que efectivamente ésta sí podía ser una rival, a diferencia de las mujeres con las que su marido le había sido infiel”, afirma Barrientos. “Las demás eran la niñita de 25 años, la otra de 40, mujeres de sus amigos… pero siempre volvía con su esposa”. Con Isabel, en cambio, “Patricia nunca vio las cosas claras y por tanto nunca le cayó bien ni intimaron”.

A Paloma no le consta que los Vargas Llosa visitasen a Miguel tras el derrame que cambió la vida de los Boyer para siempre en febrero de 2012. “Llega un momento en que ya no se recupera más, tiene mal carácter, Isabel sale menos…” y es cuando la cronista se pregunta si acaso en esos momentos de insatisfacción personal Isabel retomó el contacto con Mario. “No lo tengo muy claro”, reconoce.

A raíz de la muerte de Boyer los Vargan van al tanatorio y a partir de ahí la reportera sí ve más coherente que empezasen a intimar. En concreto en enero, justo cuando Patricia estaba en Lima “cuidando de su madre” y Mario representando una obra de teatro en la capital española. Galiacho, por su parte, lo retrasa al mes de febrero, cuando ambos acuden a una fiesta en casa de la peletera Elena Benarroch, gran amiga de Isabel.

La sorpresa para el público, los medios y las amistades de la Preysler ha sido “absoluta”, constata Paloma. “Porque se moría de pena después de la muerte de Miguel. Las amigas te decían que no salía de casa, que estaba tristísima, que era el hombre de su vida, ¡y en cuestión de meses ya está con otro!”. Por otra parte, “el hecho de que él diga ‘sí, estoy separado’, para mí ha sido definitivo. Es la única mujer que realmente le ha hecho separarse de Patricia”.

Galiacho por su parte opina: “A mí, conociendo a Isabel, lo que me sorprende muchísimo es que después de casi  treinta años de haberse conocido, ahora le entre el amor. Pero, bueno, todo es posible en la vida de Isabel Preysler. Como es tan calculadora, a lo mejor ahora mismo le interesa y antes no”.

¿A qué se refiere con estas palabras? Isabel ha amasado un fortuna propia, que Galiacho calcula en quince millones de euros, por ser la imagen de varias firmas y las exclusivas en ¡Hola! Pero con la enfermedad de Boyer, perdió algunos trabajos, sólo ella ingresaba dinero en casa y los cuidados del enfermo suponían mucho dinero. Mantener su mansión requiere de por sí 12.000 euros mensuales según el reportero. “Al principio pensé que era una jugada de Isabel para volver a estar en primera línea”. Es más, según el periodista, la Preylser volvió a las fiestas ya como viuda con el propósito de “caza y captura”. Lo habría intentado con Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid, y con Carlos Slim. Paloma coincide con estos dos nombres.

La nueva relación puede suponerles más problemas que beneficios. No sólo está en juego el reparto de la fortuna de los Vargas Llosa. También el futuro laboral del escritor. “Patricia llevaba su agenda laboral y personal”, plantea Barrientos. “También habrá que ver si mantendrá su rutina como escritor o si a partir de ahora quiere disfrutar de la vida. A lo mejor le pasa un poco como a Camilo José Cela, que no volvió a hacer nada importante después de irse con Marina Castaño”.

A Isabel, por su parte, también se le complican las cosas. De sus cinco hijos, las dos más jóvenes viven con ella. Tamara, hija del marqués, ya ha dado su bendición. Pero Ana, la hija de Miguel, “está muy disgustada”, le han dicho a Galiacho. “No ha pasado nueve meses desde que murió su padre y su madre ya está en las páginas del corazón con otro”. Si le sirve de consuelo a Ana, siempre puede pasar que, como dice Paloma, “con Mario con 81 años, e Isabel con 64, a lo mejor aún le queda otro hombre”.

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