¿Es verdad que la infanta Elena sufre un retraso mental? ¿Ha rehecho su vida sentimental tras su separación? ¿Cómo es su relación con Letizia? La primera biografía -no autorizada- de la hija mayor de los reyes recoge sin tapujos todos los rumores que siempre la han rodeado. CARAS ha hablado con Carmen Duerto, autora de La infanta Elena, La reina que pudo ser, una biografía que refleja su personalidad “para lo bueno y para lo malo”.
Elena de Borbón nació en plena dictadura de Franco, cuando sus padres ni siquiera eran príncipes de España. Podría haber sido la heredera al trono, pero se quedó en infanta por el simple hecho de ser mujer. A cambio, la primogénita de los reyes ha tenido más libertad que su hermano, el príncipe Felipe. Una libertad que valora mucho, aunque, al mismo tiempo, tampoco rechaza los privilegios que otorga ser hija del Jefe de Estado. Carmen Duerto la define como una mujer dual. Una mujer que descuelga el teléfono a medianoche para pedirle a Zarzuela que le lleve a casa lo que se le antoje pero capaz de de hacer la compra en el supermercado del barrio.
Aficionada a la hípica y a los deportes, a Elena le gusta cocinar para sus amigos tartas de chocolate -su gran debilidad-, brownies, mermeladas y kuvanbiedes -un dulce tradicional griego, herencia de su familia materna. Eso sí, con moderación, porque la infanta lleva todo la vida a régimen. “Ha probado todas las dietas que hay en el mercado: la dieta de la alcachofa, el biomanán…”, cuenta Duerto.
_PREGUNTA. Sus amigos la definen como una mujer alegre, simpática y con sentido del humor. Pero, ¿cómo es la infanta de puertas hacia adentro?
_RESPUESTA. Es una mujer con mucho carácter. En la Zarzuela, cada vez que tenía uno de su prontos, se escondían y se echaban a temblar, incluidos sus padres.
_ P. Dice en su libro que se lleva mal con los periodistas.
_R. La prensa no le ha gustado nunca. Siempre se ha sentido acosada. Y cuando ésta le agobia, hace ver que es infanta y sus guardaespaldas pueden quitarte la cinta o el cassete. En 2002, durante un concurso de hípica, la infanta le dio una patada a uno de los periodistas que cubría el acto. No fue por algo especial. Le tocó a él. Podría haber sido otro. Los guardaespaldas secuestraron las cintas y esas imágenes nunca se vieron.
_P. Los reporteros no son los únicos…
_R. También le ha molestado ir con un servicio de seguridad. Quería su intimidad. Para deshacerse de ellos aceleraba el coche y frenaba, lo que provocaba que el otro vehículo se empotrara contra ella.
_P. Una actitud poco apropiada siendo infanta, ¿no cree?
_R. También dicen que luego pide disculpas. Con sus amigos parece ser que después se da cuenta, recapacita y pide disculpas. Sin embargo, con el reportero no lo hizo.
_C. En su libro descarta que padezca un retraso, como siempre se ha rumoreado.
_R. La gente que convive con ella no detecta un retraso. Lo que pasa es que ella y sus hermanos han tenido una maduración mas tardía debido al entorno tan protegido en el que se han criado.
_P. Entonces, ¿por qué se ha ganado este sambenito?
_R. Por ser la primogénita, porque repitió el curso escolar a los 13 años y porque siempre tuvieron profesores de refuerzo, ya que a ninguno de los tres hermanos les gustaba estudiar. Es difícil que una persona retrasada hable tres idiomas, estudie magisterio infantil -especialidad en lengua extranjera-, una licenciatura -en Ciencias de la Educación-, sea profesora y tenga también titulación para dar clases de hípica. Además de ser capaz de representar al país en un acto oficial.
_C. ¿Y cómo se toma ella estos rumores?
_R. Ella misma se ríe de los chistes que circulan sobre su supuesto retraso.
Elena es de los tres hermanos la más parecida y la que mejor conecta con el rey. “Es una vividora nata. Le encanta la fiesta, el flamenco, ir al cine, cazar, los toros. Sabe ganarse a la gente, igual que su padre”.
_C. ¿Cómo es la relación con su madre, la reina Sofía?
_R. Con el tiempo ha mejorado. Tras la separación, la reina ha asumido el papel de abuela consentidora y yo creo que Elena lo agradece.
_P. ¿Y con su cuñada, la princesa de Asturias?
_R. Letizia es la esposa de su hermano, al que le tiene mucho cariño, pero ellas no tienen nada en común. No son contemporáneas, no han recibido la misma educación, no tienen la misma ideología, ni el mismo círculo de amigos.
Eso no quiere decir que en ocasiones no cuente con su ayuda. Pocos saben -cuenta Duerto- que durante un viaje de la infanta a Nueva York, su hijo Froilán se hizo daño en el colegio y tuvieron que llevarlo al hospital. “Podría haber llamado a cualquier persona de su confianza, a su madre… pero se lo pidió a Letizia”.
_P. ¿Tan diferentes son?
_R. En los actos oficiales Letizia siempre va agarrada al príncipe o cogida de su mano. Eso nunca lo hemos visto en las infantas Elena y Cristina. Ellas no van cogidas de la mano, ni hacen comentarios con sus parejas. También es verdad que si el príncipe se convierte en rey algún día, Elena continuará siendo infanta y Letizia será la reina.
Una situación que a punto estuvo de no ser así. Duerto, autora también de Príncipe de corazones -una biografía tampoco autorizada de Felipe de Borbón-, relata durante la entrevista cómo el rechazo de la Familia Real hacía la antigua novia del príncipe Eva Sannum podría haber convertido a la infanta en la nueva princesa de Asturias. “A Felipe le pidieron que no siguiera adelante con su noviazgo y eso ocasionó una gran crisis en la Zarzuela. Elena llegó a ver muy de cerca ser heredera”.
_P. ¿Y qué pensó la infanta?
_R. No lo deseaba, pero habría aceptado porque es su responsabilidad.
En 1987 Elena se tomó un año sabático en París con una amiga. Allí se reencontró con Jaime de Marichalar, un joven aristócrata al que conocía desde hacía tiempo. Dos años después empezaron a salir juntos.
_P. ¿Cómo era la relación al principio?
_R. Eran muy detallistas. Iban al cine, paseaban por la ribera del Sena… Jaime le pidió en matrimonio varias veces hasta que aceptó. Parece ser que es un hombre cariñoso y detallista y supo conquistarla.
En su libro la periodista cuenta que incluso tenían apodos entre ellos. El de él era oso. El de ella, osa.
_P. ¿Cuándo empezó a deteriorarse la relación?
– Ya en el primer embarazo -la pareja tiene dos hijos, Felipe Juan Froilán, nacido en 1998, y Victoria Federica, en 2000- hubo indicios de crisis. Con el tiempo, Jaime fue alejándose del mundo de la hípica, la gran pasión de su mujer. Además, le costaba ser solamente el acompañante de la infanta y le molestaban los comentarios acerca de que vivían de La Zarzuela, cuando, en realidad, era él quien pagaba las facturas -Marichalar obtuvo cargos de importancia en varias empresas tras casarse con la infanta en 1995-. Por otra parte, el ictus le cambió el carácter.
Más serio, más distante y con frecuentes cambios de humor, así es como define Carmen Duerto al duque de Lugo -título que le concedió el monarca- tras sufrir a finales de 2001 un infarto cerebral con importantes secuelas físicas.
_P. Dice que Jaime se alejó del círculo de la infanta, pero, ¿y ella? ¿Se esforzó en conocer a las nuevas amistades de Jaime (gente del mundo de la moda)?
_R. No. No le gustaba ese círculo y no hizo nada por integrarse en él.
En noviembre de 2007 la Casa Real anunció “el cese temporal de la convivencia”. Duerto, que ha contado con varias “gargantas profundas excepcionales”, asegura que Elena fue quien tomó la decisión de separarse.
_P. ¿Ha sido un fracaso para la infanta?
_R. Se siente algo decepcionada, porque se casó pensando que sería para toda la vida. Además, es una mujer de fuertes convicciones religiosas -no perdona su misa de los domingos-. Ella misma dijo -en una entrevista hace 15 años- que la clave para que un matrimonio funcionase era aguantar. Debió de aguantar mucho para tomar esta decisión porque si no, hubiera seguido aguantado.
La infanta Elena se encuentra, pues, en un nueva etapa de su vida. Una vida que por ahora incluye un nuevo hogar para ella y sus hijos, y un trabajo como directora de proyectos sociales en la fundación MAPFRE.
_P. ¿Y el amor? ¿Qué hay de cierto sobre los rumores que la relacionan con algunos amigos?
_R. Cualquier hombre con el que hable tres minutos o del que haya dos fotografías será un candidato a novio. Pero ella todavía es una mujer casada. No creo que de momento tenga novios porque ella es católica y practicante. Los tendrá cuando se divorcie. ¿Quién no dice que se vuelva a casar?