Letizia, La Reina del siglo XXI

Monarquía / Monarquía española

Llega al trono antes de lo previsto, para gran alegría nuestra. Por supuesto, llega con los deberes hechos, como siempre. Tanto que tiene todas las papeletas para convertirse en la monarca más profesional del siglo XXI. Porque oficialmente será la consorte del Rey pero ¿alguien duda de que ella será la auténtica Reina?

El pasado 22 de mayo la Casa Real mandó una fotografía con motivo del décimo aniversario de boda de los Príncipes de Asturias. La pareja posaba feliz y muy unida a sus dos rubísimas hijas. Era la imagen de aquello que llamamos felicidad doméstica. Felipe, con su porte de príncipe azul, rodeaba con un brazo a su esposa, y con el otro protegía a su pequeña Sofía. Letizia por su parte reposaba su cabeza en el hombro de su marido y aguardaba a Leonor. Iban vestidos de manera informal. Como una familia más. Como ellos son en la intimidad.

La imagen suponía un triple éxito para la Princesa. En diez años se ha consolidado en sus tres facetas. Primero, su matrimonio ha superado la llamada crisis de los siete años. Pasada la típica fase de enamoramiento,  han conseguido adaptarse a las distintas personalidades de uno y otro y encima han logrado preservar su amor.

Segundo, la antigua periodista ha aprendido y ha hecho suyo el papel de Princesa de Asturias. Domina el protocolo palaciego, se ha esforzado por mejorar su inglés, domina los idiomas cooficiales de su país, se implica en los actos en los que acompaña a su marido y cuenta con agenda propia, una además dedicada a temas de los que pocos hablan: las enfermedades raras.

Y tercero, está a punto de asumir el papel para el que se ha estado preparando durante este tiempo. Letizia de Borbón, de soltera Ortiz Rocasolano, se convertirá a sus 41 años en Reina de España el próximo 19 de junio. El inesperado anuncio de abdicación del Rey Juan Carlos el pasado días 2 de junio ha adelantado los planes.

Aunque ni ella misma se imaginaba su destino hace un año, una década ha sido suficiente para que esta brillante y perfeccionista reportera llegue al trono lista para recibir la corona.

VANIDADES detalla los motivos por los cuales Letizia se convertirá en una reina profesional y por qué es adecuada para el papel.

Es una buena compañera para el Príncipe.

Si hay algo en lo que coinciden sus defensores y críticos – no hay mejor barómetro de popularidad que tener críticos – es en el hecho de que Letizia ha acercado la figura de Felipe al pueblo. Aislado un poco por su condición de nacimiento, su esposa lo ha convertido en un hombre más próximo y cálido. Experta en letras, le ayuda en sus discursos. Está a su lado en los temas más delicados. Sabe ocupar un segundo plano cuando la ocasión lo requiere. Y aunque a ella le disgusta que se hable de los letizios, es más popular que su marido. Es ella quien ha sumado followers a la monarquía. Y encima, hace feliz al Príncipe. “¿Cómo no voy a serlo teniendo a Letizia y a mis niñas?”, ha dicho él.

Ha proporcionado un heredero a la Corona.

Suena a papel secundario, o machista incluso, pero es lo que tienen las monarquías.  Sobreviven gracias al clamor del pueblo pero también al hecho de perpetuar el linaje. Letizia tampoco ha fallado en este apartado. El 31 de octubre de 2005 dio a luz a la infanta Leonor – la nueva heredera al trono – y el 29 de abril de 2007 a Sofía. Y lo más curioso es que pese a no haber nacido para ser reina, es quien mejor le está enseñando a su primogénita como serlo. Sin privarla, además, de una niñez lo más normal posible. Las infantitas siempre piden por favor, dan las gracias y no interrumpen a los mayores – ha contado la abuela Sofía – pero saben lo que es un Big Mac y se bañan en piscinas comunitarias.

Está bien informada.

Habiendo sido periodista – y una buena –  qué duda cabe de que sigue la actualidad a diario y conoce la realidad. Siempre pregunta y mucho, dicen. Defecto profesional. Y tiene don de palabra como consumada presentadora de los informativos que fue. De carácter perfeccionista, quienes han estado cerca – como los periodistas Carmen Enríquez y Emilio Oliva, autores del libro Los Príncipes, preparados para reinar – aseguran que se prepara las reuniones de trabajo de forma exhaustiva.

Cuida su imagen.

Primero porque pertenece a una cultura en la que cuidarse físicamente forma parte del bienestar personal. Y segundo porque sabe que tiene un papel público y que su imagen es una de las más observadas en las revistas de medio mundo. De hecho ha llegado a someterse a una rinoplastia para suavizar sus facciones angulosas de nacimiento. En cuanto a sus elecciones de ropa, aparte de haberse convertido en una creadora de tendencias al más puro estilo it-girl, opinamos que suele vestir de manera correcta tanto en los actos institucionales como en su día a día, pues sabe que siempre hay un paparazzi al acecho. Sin renunciar a su feminidad y aun cuando añade un toque sexy. Sí, alguna vez ha cometido algún error de protocolo y no siempre puede gustar a todos, pero ella es igual de mortal que el resto.

Es un reflejo de su generación.

Letizia conoce el mundo real. No sólo por haber informado sobre él sino porque ha vivido en él: su abuelo materno era taxista, tenía un hipoteca cuando conoció a Felipe, se forjó una carrera en un mundo – el de la televisión – competitivo, trata de conciliar su papel de heredera con sus faceta de madre, ha sufrido un drama familiar (su hermana se suicidó hace siete años), queda con sus amigas para ir a cenar, es una persona comprometida con los problemas de la sociedad y, sí, tiene un pasado sentimental, algo tabú en los pasillos de palacio. No sólo conocemos el nombre y apellidos de sus anteriores parejas sino que encima está divorciada. Letizia nunca ha sido una princesa de cuento. Pero casi que mejor. En el siglo XXI el pueblo quiere que Cenicienta se deje de zapatos de cristal y conduzca su propia carroza.

Promociona la marca España.

Aparte de dedicarse a las causas sociales, las royals son siempre las mejores embajadoras de la moda de su país. Y Letizia aquí aprueba con sobresaliente. Excepto el traje de pantalón firmado por Armani para su presentación pública en noviembre de 2003, siempre ha escogido marcas patrias. Felipe Varela es su diseñador para vestidos hechos a medida. Magrit suele firmar sus zapatos. Pablo y Mayaya, los tocados. Es fan de Mango y Zara. Y puntualmente escoge a otros modistos como Lorenzo Caprile y Adolfo Dominguez. Y aun así se queda corta, le critican algunos  creadores, como Ana Locking, a los que les gustaría verla con diseños menos conservadores. Lo entendemos pero vestida con un Agatha Ruiz de la Prada entonces sí que le quitaría el protagonismo al titular de la Corona.

Es una buena Reina para Latinoamérica.

Juan Carlos I ha sido el único monarca español en visitar todos los países de Iberoamérica, un territorio azotado en el pasado por los desmanes reales de sus predecesores. El Rey, sin embargo, ha logrado una aproximación durante sus 39 años de reinado, tarea que su heredero ha continuado asistiendo a todas las tomas de posesiones de los mandatarios latinoamericanos de una parte hasta ahora. La consorte de Felipe, por su parte, despierta fascinación por su personalidad y estilo. Como ha dicho un periodista del diario El País estos días sobre los soberanos españoles: “Para reinar en el siglo XXI hay que saber ser monarca de toda América Latina”. Letizia lo es. Con corona o sin ella.

¿Qué asignatura le queda pendiente? Quizás estar más presente en las redes sociales al estilo Mette-Marit y Rania. Pero tiempo al tiempo. Dejemos que empiece el reinado de Letizia I y ya veremos de lo que es capaz. Por ahora está en su año zero. Sí, con z. Porque Letizia manda.