La cara y la cruz de la reina Letizia

Monarquía española

LA CARA

Cuando los lectores lean estas líneas, Letizia ya será Reina de España. Con 41 años y sólo once de preparación al trono. Los cronistas reales suelen decir que no ha cometido grandes errores. Y los pequeños quizás no lo son tanto. José Apezarena, autor de Felipe y Letizia, la llegada al trono, le da un aprobado alto. Por motivos como estos:

SACRIFICADA. “Ha entregado una profesión que le apasionaba y a la que dedicó mucho esfuerzo”, cuenta a CARAS el actual editor del grupo El Confidencial Digital. También ha pasado por alto sus convicciones personales pues antes de conocer a Felipe se consideraba atea y republicana. Ya no.

SUFRE EN SILENCIO. “Su vida en palacio se asemeja más a una película de terror que a una de princesas”. Lo dice el periodista Esteban Urreiztieta, gracias al cual sabemos que Letizia ha tenido que soportar que su suegro dijera de ella: “Es lo peor que ha entrado en la Casa en muchos años”. También a dos cuñadas que han hecho “causa común contra ella por su extracción social y su estilo directo”. Incluso Iñaki Urdangarín ha escrito emails que la “ponen a parir”, amenaza su ex socio en la trama Noós, Diego Torres. Encima, su querida hermana Telma y su marido, Jaime del Burgo, estarían detrás de los falsos rumores de que Letizia le habría sido infiel a Felipe e iban a divorciarse. Dicen que está tan indignada con su hermana que ha roto “cualquier contacto” con ella.

Ser heredera implica también pasar mucho tiempo dentro de palacio. Ante este panorama, ¿se entienden ahora sus vacaciones en solitario? Al principio de vivir en Zarzuela, “Felipe tuvo que sacarla de allí varias veces porque  no aguantaba aquello”, nos revela Apezarena. “Tiene la suerte de que su marido entiende que busque ciertos ámbitos de soledad”.

ES AUTÉNTICA. “Huye de la impostura. Esa es su mayor virtud. Es como es y no como los demás quieren que sea”. Son palabras de Carmen Rigalt, una de las plumas reales con mayor prestigio de España.

EJEMPLAR. “Su papel es irreprochable. Podrá caer mejor o peor pero no ha cometido ningún delito ni se le conoce ninguna conducta irregular”, dice Apezarena. Urreiztieta, por su parte, fue quien descubrió que su anillo de pedida fue un regalo de Iñaki y que podría haberse pagado con dinero de la trama por la que está acusado. Pues bien, desde que se publicó esta noticia, Letizia no ha vuelto a lucirlo. “Demuestra que no quiere tener ningún tipo de vinculación con Urdangarín, Cristina y sus negocios porque representan lo contrario de lo que debe encarnar la figura de un miembro de la Familia Real”, dice a CARAS el periodista.

HA TRAIDO MODERNIDAD. Según Apezarena los nuevos soberanos representan un nuevo estilo respecto a los anteriores. “Pasear por Madrid, ir al cine o a una pizzería del brazo… el mensaje es positivo. Si son listos, continuarán haciéndolo”.  Letizia ha traído además aire fresco a la institución: “[Dar a conocer] las cuentas de la Casa del Rey, la creación de la página web,  más información – ¡en la vida Zarzuela había habido una rueda de prensa! – Todo eso tiene que ver con el nuevo aire que ella quiere”, cita este especialista en realeza.

PROMUEVE LA IGUALDAD. Su vestuario es lo primero que se mira y critica. Llevar una falda por la rodilla ante el Papa o “un vulgar pitillo” – Jaime Peñafiel dixit – en un acto militar han levantado ampollas. Rigalt la defiende. “Pretender que acuda ataviada de negro y con peineta es incurrir en un anacronismo rancio y peligrosamente nostálgico. Su acierto tal vez radique en que no hace distinciones entre el estamento militar, empresarial o médico”.

ÚTIL PARA FELIPE. Los cronistas españoles cuentan que mete mano en los discursos de su marido. Apezarena lo confirma: “La facilidad de ahora para expresarse, sin palabras rimbombantes y más comprensibles tienen que ver con Letizia”. Ambos son perfeccionistas y responsables, pero “son más bien complementarios que semejantes. Ella es mucho más ordenada y madrugadora, él es más flexible. Lo más importante es que se quieren, pues así pueden tolerarse”. Urreiztieta añade: “Los dos son conscientes de la trascendencia del momento y de lo importante que es estar unidos, por su bien y el del país”. Por cierto, según Apezarena, la pareja hizo equipo antes de casarse para ocultarle a Juan Carlos el aborto al que se sometió antes de conocer a Felipe.

BUENA PARA REINAR. Por tres motivos cita Apezarena: “Es la persona que quiere el Rey, que se siente muy tranquilo con ella. Tiene capacidades intelectuales y formación. Y quiere hacerlo bien. Según el periódico El Mundo, Letizia siente que le ha llegado la hora de demostrar lo buena que será para el papel. ¿Su reto? “La educación de sus hijas y especialmente de Leonor”, opina el cronista.

¿Y SI LA CULPA ES NUESTRA? Letizia se ganó la crítica de los comentaristas desde el minuto cero. Fue durante su presentación oficial, cuando le soltó a Felipe aquello de “déjame terminar a mí”. ¿Hemos sido poco tolerantes? “Alguna gente sí”, opina Apezarena. “A base de repetirlo, lo han consolidado como una gran falta. También hay gente que se empeña en ver dificultades  donde no las hay. Hace poco la fotografiaron comiendo pipas y se armó un jaleo, ¿pero cuál es el escándalo de que coma pipas? ¿Por qué esa actitud de los más críticos? “Porque proceden de un mundo más clásico y hay un nivel de exigencia como si esto fuera el siglo XVII. Y porque en España, a veces, tenemos el defecto de la envidia. Ver a una persona normal convertida en princesa ha enfadado”. Ahora bien, “los ciudadanos no lo tienen en cuenta. Cuando sale a la calle la gente la aplaude y exclaman ‘guapa, guapa”.

LA CRUZ

Jaime Peñafiel, enero de 2004, revista Diez Minutos: “Letizia no creo que sea la persona adecuada para ser la inmediata sucesora  de doña Sofía, [quien] ha colocado el listón de la dignidad real muy alto. Letizia no es ni la mitad de la mitad, eso lo sabe todo el mundo”. ¿Añadimos algo más?

MUY TÉCNICA. La periodista Consuelo Font fue la que empezó a llamarla la Princesa con horario. “Considera que tiene que desempeñar un papel en actos oficiales pero que el resto del tiempo no tiene por qué”, contaba a la revista LOVE hace unos meses.

MUY INDEPENDIENTE. Festivales de rock, fiestas del Orgullo Gay, karaokes con las amigas, vacaciones sin su marido… A Zarzuela no le gusta que respire tanto. En 2013 todos los medios hablaban de su pasotismo. Azeparena no descarta que la Casa Real impulsara la pieza que publicó entonces el diario monárquico ABC sobre la inconveniencia de su comportamiento. Es más, en su libro cuenta que al final hablaron con ella. “Argumentaron que por su posición no podía asistir a determinados conciertos, aparte de que incluso ya no tenía edad para eso. Ella lo entendió y se mostró dispuesta a rectificar”, escribe.

OBSESIVA. Font también decía: “Es muy obsesiva con las niñas, pero también con el Principe. Se preocupa de que esté bien, quiere que todo sea maravilloso”. Más cosas: “Creo que tendría que haberse preocupado menos de lo que se publicaba sobre ella. Eso le ha obsesionado un poquito”, añade Apezarena. “Eso no es bueno pues una persona en su posición nunca se librará de las críticas”.

CONTROLADORA. Hay una anécdota que siempre se cuenta: en una cabalgata de Reyes Magos llegó a cruzar la calle para intentar quitarle la cámara a un periodista que sacó fotos de sus hijas. Tampoco deja que los padres de los compañeros de colegio de sus hijas las retraten en las fiestas de cumpleaños. Para compensar, suele mandar una foto oficial. Letizia se lo pone difícil hasta a uno de los paparazzis españoles más reputados, Antonio Montero: “El entorno que tiene acceso a sus asuntos personales es muy limitado. Cuando se van de vacaciones, muchas veces los propios escoltas no saben a dónde va hasta el último momento”. Así, imposible pillarla. Por cierto, Apezarena confirma que el libro de su primo David Rocasolano en el que contaba lo del aborto fue boicoteado por las principales librerías españolas a instancias de la Casa Real.

PERFECCIONISTA PARA MAL. “Su afán de perfección la hace parecer distante y poco natural” o “con su extrema delgadez y la perfección física que persigue desde que se operó la nariz, transmite una impresión de frialdad antes que de cariño”, han escrito los medios españoles estos días.

PONE MALA CARA. “A veces tendría que sonreír un poco más. No sonríe porque está cansada, porque está harta o porque está agobiada por los problemas familiares, pero eso tiene que corregirse”, le recomienda Apezarena, entre cuyos portales se encuentra Monarquía Confidencial. El historiador Fernando de Meer escribió hace unos meses: “Una Princesa de Asturias no tiene derecho a poner una mala cara (…) el Rey no puede ni debe abdicar hasta que Doña Letizia aprenda a comportarse como futura reina”. Apezarena llega a decir en su libro que ve “tensiones” en la pareja por no estar ella cómoda en los actos.

DESPIECE FELIPE VI, REY DE LATINOAMÉRICA

José Apezarena es un reconocido biógrafo del nuevo monarca. Su obra más famosa es El Príncipe y el pasado mayo sacó un compendio de la primera década del matrimonio. Se llama Felipe y Letizia, la conquista al trono. Nunca un título ha sido tan profético en tan poco tiempo.

CARAS. ¿Cuándo eligió el título pensaba que el trono estaba tan cerca?

RESPUESTA. No, no. Creo que nadie pensaba que la abdicación iba a ser tan rápida. Yo siempre he creído la versión de Zarzuela de que la sucesión se produciría por fallecimiento. Posiblemente el rey ha visto que el momento se estaba complicando y que no recuperaba terreno.

C. ¿Ha presionado Felipe?

R. De ninguna manera. El rey ha mandado mucho y es impensable que nadie le diga nada. Y del príncipe, que es un hombre con sentido de la dinastía y un enorme cariño a su padre, también es impensable que haya presionado.

C. Defina al nuevo rey.

R. Es tranquilo, analista, un poquito cabezón, sabedor de su condición, con ganas de servir y de hacerlo bien. Antes parecía frío, tenso y distante. Era más joven, estaba siendo observado y no podía equivocarse. Ahora está más relajado y simpático. Se le ve feliz.

C. ¿Debe imitar a su padre?

R. No. Sería forzado para su personalidad. Don Juan Carlos ha improvisado muchas veces. Tenía la ventaja de que era intuitivo y acertaba. Felipe tiene una formación casi que de diplomático. No me lo imagino diciendo ‘¿Por qué no te callas?’ – en referencia a la ya famosa frase de su padre a Hugo Chávez.

C. Dice que Felipe tendrá que ser un técnico de la monarquía, pero, al igual que su padre, ¿actuará como un mediador discreto?

R. Va a tener que ayudar a que mucha gente se encuentre. En un par de veces algunos países iberoamericanos (por ejemplo, Honduras y Nicaragua) le han pedido que mediara para que sus líderes se entrevistaran.

C. ¿Su mayor reto a corto plazo?

R. Convencer a los españoles de que la monarquía es útil para el país. Eso será costoso pues no va a tener que traer la democracia o resistir un golpe de estado como su padre.

C. ¿Hay Felipistas?

R. Muy pocos debido a que no se ha potenciado mucho su figura en España. En Iberoamérica sí hay porque lo han visto mucho. Va a cada toma de posesión. Conoce a cada mandatario por su nombre, apellidos y apelativo. Tiene la mejor agenda personal de Iberoamérica en el mundo.

C. ¿Cómo le ha afectado el caso Nóos?

R. La decisión de cortar con su hermana y su cuñado ha sido dura porque estaban unidos pero lo ha hecho por convicción. La gente de la calle se ha dado cuenta y eso le ha ahorrado un castigo. Ahora que es rey debe mantener esa actitud con más fuerza incluso si hace falta.