Mario Vargas Llosa; pura contradicción

Personajes

De escribir los domingos en el periódico El País, a protagonizar los miércoles la portada de la revista ¡Hola! De burlarse de dicha publicación, a ser uno de sus galanes estrella. Critica a la prensa “frívola” pero defiende a la revista más cuore. En sus páginas, por cierto, cuenta una historia más propia de un escritor de ficción que de un periodista de pura raza, como él se define. Su hijo Gonzalo no sale del asombro: “Sigo sin comprender cómo puede haber cambiado tanto”. La respuesta tiene nombre y apellido: Isabel Preysler.

Martes, 1 de marzo, doce del mediodía. Más de sesenta medios de comunicación esperan dentro de la Casa América en la sala de prensa. No es habitual tanta expectación en los eventos que organiza la institución, situada en la famosa plaza de Cibeles. Once minutos después, Mario Vargas Llosa surge de entre las cortinas. Presenta su nueva novela, Cinco esquinas, pero el pase de fotos es más propio de una estrella de cine que de un escritor, por mucho Nobel que tenga.

Desde la editorial del libro habían insistido en que la rueda de prensa tenía que versar sobre literatura, pero muchas de las cámaras no acudieron para cubrir su nueva obra sino por ser la actual pareja de La Preysler. Así, con el ‘la’ delante, porque Isabel Preysler no necesita nombre. Es más, ni siquiera hace falta explicar que se trata de la socialité por antonomasia de España.

La prensa se las ingenió para sacarle alguna respuesta sin preguntar por la relación directamente. Y se encontraron con una sorpresa: una sarta de quejas por salir en las revistas del corazón como compañero de. La cara de los presentes se tornó en un poema. Sobre todo porque él mismo y su novia concedieron una entrevista exclusiva (es decir pagada) en la revista ¡Hola! recientemente. Así están las cosas. A punto de cumplir los 80, el escritor es pura contradicción estos días. Hace lo contrario de lo que dice y dice cosas que dejan más asombrado que su prosa.

Hasta hace casi un año el Nobel de Literatura se distinguía por sus logros profesionales y sus conatos en la política española y peruana. Odiado y querido a partes iguales por su personalidad arrogante y su clara oposición a la independencia de algunas regiones de España, nadie renegaba que se trataba de un intelectual. Escribía ensayos, como ‘La civilización del espectáculo’, en el que lamentaba la desaparición del periodismo crítico y la banalización de la cultura: «Estamos demasiado ocupados divirtiéndonos con informaciones frivolizadas».

Pero todo cambió el pasado junio, cuando posó, de espaldas, en la revista ¡Hola! con la reina de corazones: Isabel Preysler. Justo días después de que los Vargas Llosa subiesen a Internet una foto celebrando el medio siglo de matrimonio de Mario y Patricia. Y para más inri, nueve meses después de que La Preysler se convertirse en la nueva viuda de España.

A partir de ahí nada cuadra. El hombre que considera chismorreos los asuntos personales de los famosos, escogió precisamente la cabecera del corazón más icónica para anunciar su separación días después de aquel primer posado. La misma revista de la que se burlaba tiempo atrás según ha contado su hijo Gonzalo al diario español ABC. Luego se sucedieron más portadas (su primera aparición pública en una fiesta, sus primeras vacaciones juntos…) y más titulares (que si él ya ha solicitado el divorcio, que son muy felices juntos…).

Pero la gota fue cuando la pareja concedió una entrevista exclusiva a ¡Hola! la primera semana de febrero. La portada ya dio juego con su pinta de galán latino, pero fueron sus palabras durante las ocho páginas lo que más sensación causó entre el público y la familia del peruano, distanciada del patriarca, a excepción del hijo mayor, Álvaro.

A saber: según la versión que Isabel contó a la periodista Pilar Eyre y que ésta publicó en el periódico El Mundo, la imagen de la celebración de las bodas de plata habría sido un posado pues para entonces “Patricia ya sabía que estaba conmigo”. La fecha coincidió con la investidura del título de doctor honoris causa por la Universidad de Princeton y fue en ese marcó cuando se reunió la familia. “[Patricia] se lo pidió y él fue por los nietos”, continua Isabel. La esposa de Álvaro fue quien subió la foto a Internet bajo el mensaje «Feliz 50 aniversario, Mario y Patricia!!!» ¿Acaso los hijos no lo sabían? Mario contó en ¡Hola! que la relación “los tomó por sorpresa”. Pero en la entrevista de Gonzalo en ABC éste recuerda que las palabras de su progenitor “contradice la versión de Isabel, según la cual el matrimonio de mis padres ya estaba roto desde hace mucho tiempo. De ser así, ¿por qué su separación nos habría sorprendido?”

El escritor también reveló que el divorcio “ya está casi resuelto, y de manera amistosa, felizmente”. Un adjetivo muy alegre para el panorama que describe Gonzalo: “Prácticamente no ha tenido comunicación con dos de sus tres hijos y cuatro de sus seis nietos”.

Pero lo más sorprendente fue que Mario dijese: “Este ha sido el año más feliz de mi vida”. “Estoy seguro de que, como escritor, él conoce muy bien el peso de las palabras. Una cosa es que a lo mejor lo piense, pero que lo diga en público delata una falta de sensibilidad alarmante”, denunció Gonzalo, quien terminó la frase con “para varios de nosotros, este año ha sido el más infeliz de nuestras vidas”.

Mario Vargas Llosa siempre se ha considerado ante todo periodista, de modo que al público y su familia les chocan estas contradicciones. Gonzalo llega a acusar de mala praxis a la revista y su padre: “[En el ¡Hola!] nunca han hecho alusión a cómo esta situación ha afectado a mi madre (…) porque lo que les importa es proteger la imagen de sus productos estrella; pretender, por lo tanto que toda esta historia es color de rosa, que nadie sufre, y vender lo máximo posible. ¿Es compatible para mi padre ser un referente moral al mismo tiempo que protagonista de una revista así?”, se pregunta.

Los medios que acudieron a la presentación del libro también querían hacerle esta pregunta, sobre todo después de que el escritor despachara: “La responsabilidad que tenemos los que escribimos en periódicos es enorme y es la de no mentir”. Por ello todo el mundo se quedó callado cuando soltó: “A mí no me gusta aparecer en ¡Hola!”. Es más, la acusó de ser el símbolo del mal de nuestros tiempos: “Estamos ante la perspectiva terrible de que los periódicos impresos vayan a desparecer. ¡Hola! aumenta su tirada cada semana (…) Ese material es demandado por millones de seres (…) [porque] les hace soñar (…) Antes esa función la hacían las novelas, la poesía (…) Es un problema social”. Eso sí, matizó: “¡Hola! lo hace con gran talento”. Y para no meterse en líos dijo: “A veces la realidad es confusa. Siempre hay una manera de ser honestos”.

Gonzalo no entiende nada. “Sigo sin comprender cómo puede haber cambiado tanto”, dijo al diario ABC. Y le preocupa que la creciente aparición de su padre en el papel cuché pueda tener consecuencias negativas en la carrera del escritor.

CARAS lo ha consultado con Personality Media, la agencia pionera en España en analizar la fama de los famosos en relación al público. Su director general, Santiago de Molinedo, nos explica: “Su nivel de conocimiento [en España] ha aumentado (…) pero con la sorpresa de que aparece como el novio de una mujer controvertida (…) Por tanto tenemos dos escenarios, ambos negativos: quienes ya lo conocían y posiblemente lo admiraban por su carrera profesional, se han visto sorprendidos por esta situación mediática y tenderán a no valorarlo en la misma medida (…) Y otro hay otro segmento muy importante que ahora le conoce, pero no por su principal faceta, sino por la de la prensa rosa”.

Y aquí viene el problema: “Cuando este papel se ve enturbiado por un mensaje del mundo del corazón, el consumidor no lo entiende y comienza un cambio de imagen a peor”. De modo que augura: “Perderá parte de su confianza y la variable ‘modelo a seguir’ se verá perjudicada”.

El error de Mario en ese caso no vendría por un cambio ideológico radical, según su hijo: “Estoy seguro de que la explicación es más bien que quiere complacerla”. “Pero un hombre como mi padre, que siempre ha tenido un carácter fuerte, debería poderle trazar límites a su pareja”. Lo que no sabe Gonzalo es que La Preysler es mucha Preysler. A diferencia de Patricia, que actúo como esposa y madre, pero también como secretaria, asistente y lo que hiciera falta, la filipina es la “perfecta y entregada geisha”, tal y como la ha descrito un amigo. “Está pendiente de ellos [sus parejas] y satisface sus más mínimos deseos”, recoge El Mundo. Sus dos divorcios (de Julio Iglesias y el Marqués de Griñón) fue porque ella quiso. La Preysler puede presumir que a ella nadie la deja.

Ahora bien, Isabel no es la pérfida oriental de la película, opina Eyre. Según esa misma fuente, a Mario su nuevo papel de socialité “le divierte”. Y explica que la relación con su hijo Gonzalo siempre ha sido difícil y distante y que el vástago fue el primero en dejarse atrapar por el canto de las sirenas del ¡Hola! durante su relación con una de las ex nueras de la Duquesa de Alba.

Dicho periódico también recogió en su día las declaraciones de una fuente afín al escritor según la cual Mario “puede encajar muy bien en el entorno de Preysler ya que le gusta codearse con reyes, presidentes de gobierno, y gente rica y poderosa”.

La novela ya está a la venta pero ahora lo que interesa es si habrá exclusiva en su ochenta aniversario, el próximo 28 de marzo. Se rumorea una gran fiesta. ¿A quién invitará? ¿A los reyes Felipe y Letizia o a las amigas de su novia, también personajes del ¡Hola!? Y que nadie dude que tras el divorcio vendrá la boda. A La Preysler no le va lo de ser novia o amante. Ella es una señora. Aquí también seguirán las directrices de ella, vaticinan los del bando isabelino: en un juzgado, entre semana, a primera hora y sin hijos. Sólo una cámara afuera para publicarla en el ¡Hola! Tal y como hizo con su tercer marido, el fallecido Miguel Boyer.

Por cierto, si Gonzalo no tiene una explicación para lo de su padre, el articulista del portal digital español El Confidencial Carlos Prieto apunta una teoría: el mal fario. “Hay que estar gafado para escribir un ensayo contra la frivolización cultural y enamorarte de Isabel Preysler acto seguido.

Despiece (no publicado)

ISABEL Y ¡HOLA! UN DUO INSEPARABLE

Isabel Preysler no existiría sin el ¡Hola! y el ¡Hola! casi que tampoco lo haría sin La Preysler. De hecho su hija Tamara bromea con que para repasar el álbum familiar sólo tiene que echar mano de la revista. Su relación se remonta a la época de su matrimonio con Julio Iglesias. El éxito se basa en jugar al silencio, crear expectación y mostrarse en el momento más adecuado, siempre rodeada de discreción y exquisitez. Ahora bien, nada sale ni se hace sin su consentimiento. Su colaboración ha hecho ricas a las dos partes. La boda de su hija Chábeli o la apertura de las puertas de su mansión en Madrid continúan figurando entre los número más vendidos en la historia de la publicación (y de eso hace un cuarto de siglo). Se rumorea que antaño tenía un contrato anual. Al menos estuvo en nómina durante la época en que ejerció de reportera especial. De hecho, conoció a Mario Vargas Llosa entrevistándolo para la revista en 1986. Sus hijas son sus herederas en el papel cuché pero ellas no son La Preysler.

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