Penélope Cruz; la tentación de la carne

Personajes

Penélope Cruz es la nueva cara de PETA. Su amor por los animales y el rechazo a llevar pieles le han bastado a la organización pro derechos de los animales para convertirla en su imagen. Lo de comerlos ya es otra cosa. Sus intentos para convertirse al veganismo fracasan una y otra vez. CARAS repasa su lucha contra la carne y, de paso, sus esfuerzos para lograr una mente sana y un corpore sano aunque siga comiendo hamburguesas.

Penélope Cruz ama a los animales. Es imposible hacer un recuento de todos los perros y gastos que han pasado por su casa. Además siempre abre sus puertas a los más desfavorecidos, como un perro maltratado y hambriento que la siguió en un rodaje en México y terminó con ella en Hollywood o los gatos callejeros de Los Ángeles que recogía en sus inicios para no sentirse sola. Cuando los rescata en Madrid, se los endosa a su familia, que acepta su vicio con resignación.

Además “sale en todas las listas de las mejor vestidas del mundo y jamás lleva pieles”, dicen los de PETA. Por ello el principal grupo por los derechos de los animales la ha convertido en la imagen de su nueva campaña: Da la espalda a la piel. “Es el mejor emblema de la mujer glamurosa y moderna que sabe que no hay nada más hermoso que una mirada matadora sin que nadie deba morir para ello”, dicen sus miembros.

Claro que las denuncias de PETA no se ciñen sólo a la vestimenta. Parte de su eslogan dice Los animales no son nuestros para comer, y en esto Penélope falla como abanderada. La actriz española ha intentado varias veces pasarse al lado más verde de la mesa sin éxito.

La vez que más tiempo aguantó fue en la década de los noventa, cuando se introdujo en el veganismo, una filosofía de vida basada en el respeto hacia los animales que rechaza cualquier uso o consumo de estos y se traduce en una dieta vegetariana estricta en la que no caben ni siquiera los huevos, la mantequilla o la miel.

A principios de esa década, Penélope y su novio de entonces, el cantante y compositor Nacho Cano (y miembro del grupo Mecano) se acercaron a la filosofía oriental, lo que seguramente afectó a su cocina. También pasó lo de Jamón, Jamón, la película en la que Javier Bardem le chupaba los pechos – los cuales le sabían a tortilla a su personaje – y la convirtió en un sex symbol en España. La actriz siempre ha contado que aquello le produjo  un rechazo hacia todo lo que fuera sexual, llegando incluso a cortase la melena. ¿Podría esto haberla llevado a renunciar también al jamón? Quien sabe…

Pero, como dice la Biblia, la carne es débil, y la pecadora de Penélope sucumbió a los tres años. En el año 2000, tras el rodaje de All the Pretty Horses, volvió a jurar no comer carne. “Después de estar rondando con esos animales tan preciosos, decidí regresar a la dieta vegetariana estricta”, contó a la revista española El Semanal, pero la promesa se esfumó en seguida pues en la misma entrevista, realizada a finales de ese año, reconocía que “ahora he vuelto a las andadas, aunque sigo manteniendo una dieta cuidadosa en lo que respecta a la carne”. Ese año incluso contó en otros medios que comía “de todo”.

Lo de que apenas come carne lo repitió en 2007, pero en estos años también ha confesado: “me gusta la comida basura, especialmente las patatas fritas” y que después de los Oscar suele ir a tomar una hamburguesa. Además, está claro que le gusta el jamón, jamón pues terminó casándose con el partenaire de la película.

Dice que es feliz “con un trozo de pan, una botella de aceite de oliva y un salero”, que le gusta todo: “el sushi, la comida francesa, la paella…” (lo cual no es precisamente muy vegetariano), que lo mejor para conquistarla es llevarla al restaurante madrileño Casa Lucio a tomar huevos rotos con patatas y que es adicta a la coca-cola. Ah y nada de plato pequeño: “Si me viera comiendo hace un momento… Lo hago como una verdadera cerda, me pongo morada”, le contó a un medio español en el año 2000. Y si después de los Oscar toca hamburguesa, antes toma las cosas más raras. “Cuando Pedro [Almodóvar] ganó por Todo sobre mi madre me comí un plato de lentejas con el traje puesto”, confesó a Vogue España en 2009. Cuando lo ganó ella optó por algo más light porque “la cintura del vestido era tan apretada…”

Bardem seguramente apoye sus gustos. No le gusta hablar de su vida personal ni por tanto (faltaría más) de sus hábitos culinarios. Pero intuimos que a este ex jugador de rugby le gustan los callos, las morcillas y la pierna de cerdo que sirve su hermana en La Bardemcilla. En la web del restaurante, la propia Mónica cuenta una anécdota:

– Mónica: Javi, ¿te vienes a casa a cenar?

– Javier Bardem: ¿Hay tiramisú?

– Mónica: No…

-Javier Bardem: Bueno… pues… ¡ya voy otro día!

¿Le cocina Penélope a su maridito? En el año 2000 decía que era “pésima” pero que dominaba las cosas básicas: “hago pasta, cocino una sopa de calabaza, frío huevos y me defiendo arreglando ensaladas”.

Eso sí, del mismo modo que no le importa hablar de las lentejas, que nadie le pregunte por su dieta. “Soy alérgica a hablar de ello”. Es más, después de dar a luz se rumoreó que estaba siguiendo el método Dukan. Le molestó tanto que mandó un comunicado para desmentirlo.

Hace doce años afirmaba no necesitar ejercicio. “Tengo una estupenda constitución que me permite comer todo lo que me apetece y en las cantidades que quiero. Supongo que porque he estado bailando (ballet clásico y español) 14 años”. Es más, “cuando trabajo, tiendo a perder tanto peso que tengo que obligarme a comer”. Aunque en los últimos años se rumorea que ha sido clienta de Tracy Anderson, famosa por entrenar a Madonna y Gwyneth Paltrow.

En los Oscar del año pasado llamó la atención el aspecto abultado e irregular del labio superior de su boca. ¿Fue cosa del maquillaje o ella también ha sucumbido a la cirugía? Por supuesto, jamás ha hablado de ello pero las fotos pre y post Hollywood muestran una nariz y unos pechos ligeramente diferentes.

En cuanto a los tres grandes vicios de este mundo: no toma café – “mi sistema nervioso no me permite ni uno”. No bebe alcohol, como mucho un par de cervezas en ocasiones, las cuales, por su casi abstemia, “me hacen muchísimo efecto”. Y dejó el tabaco para rodar Nine, aunque no sabemos si lo ha retomado…

Dormir “es el secreto para la felicidad, la belleza, todo…”, dice esta bella durmiente cuyo record de sueño lo tiene en 17 horas. “Cuando no duermo soy infeliz”, decía en 2007. Esperemos que la existencia de su hijo Leo compense la falta de sueño que habrá sufrido en su primer añito de vida. ¿O le habrá tocado a papá Bardem levantarse todas las noches?

La filosofía oriental también le aporta mucha paz interior . La libertad primera y última del líder espiritual indio Jiddu Krishnamurti es uno de sus libros de cabecera. Adora La India y a figuras como Ghandi y la Madre Teresa de Calcuta. De hecho, apoyó a Nacho Cano en la creación de Sabera, una ONG para ayudar a las niñas de Calcuta, aunque se desvinculó de ella hace unos años a raíz de problemas en la organización. Y no es de las que ayuda (sólo) a golpe de talonario. En este país fue voluntaria en una clínica de leprosos.

Con el integrante de Mecano también descubrió el budismo. Hay fotos de ella con el Dalai Lama aunque no la practica a lo Richard Gere. “Nunca me he puesto una etiqueta, no puedo decir si soy católica, cristiana o budista. Con lo que me siento más identificada es con el budismo, como filosofía que parece más respetuosa con todos. No sé si es la mejor, pero es la que respeto”, decía hace doce años.

Ella, en realidad, siempre está dispuesta a conocer nuevas corrientes de pensamiento por si puede extraer algo bueno. Menos de  la Cienciología. Ella conoció mejor que nadie todos los secretos de esta secta al haber sido novia de Tom Cruise,  pero Andrew Morton, el biógrafo de Diana y también del actor, afirma que esta vez no causó efecto. “Penélope no estaba dispuesta a tragar con todo lo referente a la Cienciología y esta fue una de las razones de la ruptura”.

La actriz reconoce ser supersticiosa hasta extremos insospechados. “Puedo salir de mi habitación ocho veces seguidas y luego volver a entrar. Esta misma mañana, en el hotel, la señora de la limpieza me ha mirado como si estuviera loca”, contaba a El Mundo en 2000.

No sabemos si lo sigue siendo. Hace años, o mejor dicho, desde que es una estrella, ya no habla de religiones, supersticiones ni demás cosas que puedan hacerla parecer una friki. Como mucho lo de las lentejas y de cómo desde que era una niña suele sabotear internamente los buenos momentos.  “Es algo tan interno que nadie se da cuenta”. “Déjame en paz”, le dice al “monstruo”, cuando aparece, explicó a la revista W en 2008.

Aunque puede que esto haya desaparecido desde el nacimiento de Leo. “Ser madre me ha cambiado la vida. Es la experiencia más fuerte que me ha tocado vivir”, dijo el pasado octubre en el Festival Internacional de Cine de Roma.

En esta ciudad acaba de rodar su próxima película, Venuto al Mundo, la historia de una madre viuda y su hijo adolescente ambientada en Sarajevo. La firma Sergio Castellitto, uno de los directores que mejor saben manejar a Penélope (obtuvo el premio David di Donatello a la mejor actriz por No te muevas), de modo que es más que posible que está cinta vuelva a traerle alegrías.

Ahora se dedica al cuidado del pequeño Leo mientras Bardem rueda el papel de villano en la nueva de James Bond. El niño, por cierto, ha sacado el buen comer de sus padres pues a sus 13 meses aparenta el doble. Todo apunta a que preferirá los chuletones al tofu.