Cuando éramos reyes

Otras monarquías

La foto de tantos reyes alrededor de Isabel II en su Jubileo de Diamante pasará a la historia por la mezcla de personajes que aparecen en la imagen. Veintiún monarcas y seis sustitutos posaron en grupo con su particular trayectoria. Desde los más tiranos hasta los caídos por el comunismo. CARAS pone rostro a algunos de los más desconocidos.

El pasado 3 de junio un millón de británicos aclamaron a Isabel II durante su paseo por el Támesis en una barcaza real acompañada por mil embarcaciones. Un singular homenaje por sus 60 años de reinado. Al día siguiente fueron los músicos (desde Paul McCartney a Kylie Minogue pasando por Tom Jones) quienes le hicieron la reverencia real en un macro concierto en Buckingham. Y en las últimas semanas se han celebrado hasta diez mil fiestas callejeras (el doble que en la boda de su nieto) en su nombre. Nunca el pueblo la había apoyado tanto. Pero no fueron los únicos. A mitad de mayo, un grupo de personas muy especiales volaron a Inglaterra para reconocer su figura. Se trataba de sus semejantes, aquellos que también comparten trono y corona como oficio.

Habían sido invitados a un almuerzo privado en el castillo de Windsor pero la foto oficial del grupo dio la vuelta al mundo porque pocas veces pueden verse juntos a tantos representantes del poder divino. Veintisiete casas reales de todos los continentes menos el americano. Si no fuera porque hoy la élite económica es quien mueve realmente los hilos, estaríamos ante los mandamases del mundo.

El grupo no podría ser más variopinto. Allí estaban desde dinastías milenarias como la japonesa, a monarquías de opereta, como suelen llamar al Principado de Mónaco. Tiranos, como el rey de Suazilandia, y monarquías con los derechos humanos más avanzados del mundo como Suecia y Noruega. Caras conocidas como la de Margarita de Dinamarca y soberanos desconocidos para el gran público como el gobernante de Tonga. La mayoría eran coetáneos, pero a otros, como Miguel I de Rumania, hace tiempo que lo jubilaron. Hubo presencias polémicas, como la del Rey de Bahréin, acusado de represaliar a su pueblo. Y ausencias polémicas, como la española. No por el asunto del elefante, perdón, por la convalecencia del monarca, sino porque la eterna disputa de los países sobre a quién pertenece el peñón de Gibraltar hizo que la reina Sofía tuviera que dar media vuelta a punto de subir al avión. Por cierto, el retrato deja constancia de un hecho: hay pocas mujeres, cuatro a cambio de veintitrés hombres.

No estaban todos los que son. Faltaban, entre otros, los Hannover (y eso que Ernesto es primo de la Reina), el Rey de Bután o dinastías tribales como la maorí. Y tampoco eran todos los que estaban. Algunos porque acudieron en sustitución de un monarca, como el príncipe heredero de Tailandia. Otros porque, aunque son una casa real, no tienen cargo de rey, como el príncipe Alberto de Mónaco o el Gran Duque de Luxemburgo. Y otros porque, simplemente, ya no tienen tierras sobre las que gobernar, como los royals balcánicos. En el caso de Yugoslavia, ni siquiera existe ya como estado.

Este último grupo, donde también entran Grecia, Rumanía y Bulgaria, son los más singulares del grupo. Excepto el príncipe Alejandro de Yugoslavia, que jamás ha subido al poder, el resto perdieron el trono el siglo pasado después de que el pueblo les retirase el título (vía referéndum o por decisión del gobierno) a favor de una república.

Los obligaron a abdicar y perdieron su nacionalidad, pero la dinastía continua existiendo pues la sangre azul no desaparece y ellos jamás renunciaron a sus derechos. De hecho, Simeón de Bulgaria ni siquiera llegó a firmar los papeles de abdicación. Esto ha provocado que aquellos países con monarquía los reconozcan oficialmente como sus Majestades y sean invitados a toda clase de eventos reales. Sobre todo en Europa, donde muchos de ello son familia y por tanto no hace falta excusa para ir a un bautizo.

Pero claro, no es lo mismo. Los exiliados deben trabajar para ganarse el pan. Aparte de los ahorros que pudieran tener en otros países, se marchaban con lo puesto y al principio dependían de la caridad de los estados que los habían acogido, bien por amistad o bien lazos familiares. Aunque, todo hay que decirlo, a sus hijos nunca les faltó el internado, y sus apellidos hay ayudado. Por ejemplo, Constantino de Grecia, que vive con su familia en Londres. El origen de su fortuna es un misterio pero hace años se especuló con una empresa de coches blindados de los que España (Sofía es su hermana) sería cliente. La parte buena es que mientras Letizia tuvo que abandonar su querida televisión, Teodora de Grecia (la hija pequeña de Constantino) se ha marchado a Hollywood para trabajar como actriz de culebrones.

Los cuatro reyes depuestos recuperaron la nacionalidad y el patrimonio en los noventa. En especie o en dinero, a veces a golpe de litigios y no siempre en su totalidad. Hoy pasan gran parte del año en sus países de origen. Simeón de Bulgaria, incluso se ha integrado en la vida política. A nivel oficial, sólo se les reconoce como antiguos jefes de estado, pero el pueblo, e incluso algunos gobiernos como el rumano, los han recibido con estima. En Serbia, de hecho, no descartan que Alejandro de Yugoslavia reine algún día. Él, claro, encantado.

DESPIECE

LOS REYES MÁS DESCONOCIDOS

Miguel I de Rumania: El superviviente de una época

Es uno de los reyes de la vieja Europa. Está emparentado con la misma Isabel II y con los monarcas de España, Suecia, Noruega y Dinamarca, pero él ya estaba antes de que llegara el resto. Subió al trono con seis años después de que su padre abandonara sus deberes por una mujer. Un interino lo sustituyó tres años hasta que su progenitor decidió volver. En 1940, cuando las cosas empezaron a ponerse feas en Europa, volvió a dejar a su hijo sólo. Éste, que tenía 19 años, confió el Gobierno a Antonescu, quien a su vez buscó protección en Hitler y Mussolini. Cuando Miguel vio que el Eje empezaba a flaquear, dio un golpe de estado, echó al dictador y cedió ante los soviéticos. Aquel gesto le convirtió en un héroe pero, muy a su pesar, abocó a Rumanía al socialismo. Exiliado en Inglaterra y Suiza, dirigió una granja avícola, trabajó en una compañía aérea y fue bróker. Hoy, a sus 90 años,  vuelve a ser popular en su país.

Simeón de Bulgaria: Antes Zar, después Primer Ministro

Al igual que Miguel I, él también subió al trono a los seis años y lo suplió un interino. Pero no llegó a reinar porque tres años después, en 1946, el país se convirtió en una república socialista. A los 14 años, después de vivir en Egipto, llegó a España invitado por Franco (se dice que el dictador, ninguneado en Europa, le ofreció posada a cambio de reconocimiento). Desde entonces los Sajonia-Coburgo-Gotha son casi una segunda Familia Real Española. Simeón se casó con una madrileña, sus cinco hijos nacieron en la capital y algunos son íntimos del príncipe Felipe. En 2001, doce años después de la caída del comunismo y una vez recuperada la ciudadanía, fundó un partido y ganó las elecciones parlamentarias, de modo que regresó al poder pero como Primer Ministro, un hito en la historia. La hazaña duró cuatro años, aunque su partido es hoy la segunda fuerza política. Recuperó parte de patrimonio, pero en los últimos años le han retirado algunas pertenencias alegando que no son de su propiedad. A su hijo Kyril los consideran el príncipe europeo más atractivo. Kubrat es uno de los cirujanos digestivos más prestigiosos de España. Kalina está casada con un aventurero y vive con los beduinos en Marruecos. Kardam, el heredero, quedó tetrapléjico en un accidente de tráfico.

Letsie III de Lesoto: el padrino de Castro

El reino de Lesoto es un enclave de Sudáfrica, independizado del Reino Unido y gobernado por Letsie III desde hace dos décadas. Tiene 48 años y poca influencia, pues se trata de una monarquía parlamentaria, pero en Cuba algunos medios lo consideran el padrino de Fidel Castro. Las dos naciones forman parte del Movimiento de Países No Alineados y comparten acuerdos bilaterales en materia de salud y deportes. En la web del Granma hay una biografía del monarca y en su última visita, en 2011, agradeció al pueblo cubano su “apoyo a la liberación de África”. Los rumores también apuntan a la Santería como nexo de amistad entre los dos hombres. Un economista cubano llegó a sugerir que Castro podría utilizar al Rey como sacerdote. “Es el Papa de la religión Yoruba”, dijo a los medios.

Mswati III de Suazilandia: El tirano polígamo

La presencia en la foto del último rey absolutista de África fue una de las más criticadas. Aparte de oponerse a la democracia en este pequeño reino de la costa oriental de Sudáfrica, Mswati (que gobierna con su madre) está acusado por la comunidad internacional de restringir las libertades en su país y aplicar torturas. Su extravagante estilo de vida – se dice que su jet privado costó un cuarto del presupuesto nacional – es lo opuesto al nivel de vida de sus súbditos. El pequeño reino está además en el ranking mundial de los países con mayor tasa de VIH. También es famoso por su número de esposas. Trece a sus 44 años. Elige una cada año en un desfile de doncellas organizado a propósito. La última, ha pedido ayuda a Sudáfrica alegando que ha sido retenida y maltratada después de que un medio publicara un supuesto romance con un miembro del gobierno de su marido.

Fortuna: 100 millones de dólares. Origen de la fortuna: Recursos naturales del país (azúcar y madera).

Hamad bin jalifa al-Thani de Qatar: El Kissinger árabe.

Qatar, al igual que Suazilandia, es una minúscula monarquía absolutista con una política de derechos humanos más que cuestionada. Pero a diferencia de Letsie III, el emir de esta península del Golfo Pérsico ha conseguido que sus súbditos (que no los inmigrantes sin papeles, mayoría en el emirato) tengan la renta per cápita más alta del mundo gracias al gas (casi 100.000 dólares al año). Subió al poder en 1995, a los 43 años, tras derrocar a su propio padre en un golpe de estado, pero desde entonces actúa como un hábil empresario y estratega, lo que ha le valido el apodo del Kissinger árabe. Controla gran parte de Oriente Medio como dueño de la cadena Al Yazira y se ha hecho con Occidente (bancos, estrellas del fútbol o los almacenes Harrods) gracias a su chequera mágica. Su segunda esposa (tiene tres), la jequesa Mozah Bint Nasser, le ha robado el protagonismo a Rania de Jordania en los últimos tiempos. Su belleza de Nefertiti y su estilo a la hora de combinar vestidos y turbantes la han convertido en la reina más glamurosa.

Fortuna: 2.500 millones de dólares.

Hamad Al Jalifa de Bahrein: La presencia más incómoda

La invitación del Rey de Bahréin a punto estivo de provocar un incidente diplomático. La brutal represión contra su pueblo en la primavera árabe – durante la cual fallecieron decenas de personas – levantó las críticas de varios políticos británicos y fue recibido por los manifestantes a gritos de ‘asesino’. Hamad Al Jalifa gobierna desde 1999 una isla del Golfo Pérsico, unida a Arabia Saudí por un largo puente, y donde la corrupción y la falta de democracia brillan tanto como el oro negro. Tampoco ayuda que  sea un rey suní en una población de mayoría chií. Bahréin es clave para EEUU en su lucha contra Irán pues tiene instalada una base militar. Los últimos sucesos no han gustado al gobierno de Obama y, según algunos medios, podrían estar planeando reemplazarlo por un monarca suní. Tiene cuatro esposas y varios hijos.

Fortuna: 3.500 millones de dólares.

Muda Hassanal Bolkiah de Brunei: Por encima de Isabel II

Cuando el Sultán de Brunei subió al poder a los 21 años era un subordinado de Isabel II pues este pequeño sultanato del sudeste asiático era un protectorado del Reino Unido. Pero tras conseguir la independencia en 1984, gracias a las reservas de gas y petróleo, su fortuna – valorada en veinte mil millones de dólares – es hoy 44 veces más grande que la de su otrora soberana. Antes que Bill Gates y Carlos Slim, fue el hombre más rico del planeta. Ahora es el segundo monarca más pudiente, pero su palacio está considerado el más grande del mundo después de la Ciudad Prohibida de Pekín. Es también absolutista aunque su país ocupa el puesto 37 de Desarrollo Humano y sus ciudadanos tienen sanidad y educación gratis sin pagar impuestos. Se ha casado tres veces. Un error, pues terminó divorciándose de las dos últimas y por tanto la única válida es la primera.

Tupou VI de Tonga. El novato

Tonga es la última monarquía del Pacífico tras la desaparición de la de Samoa o Tahití. Su rey, sin embargo, era el más novato en el almuerzo pues subió al trono hace poco más de dos meses tras la muerte de su hermano por leucemia. De hecho, ni siquiera ha sido coronado. Este archipiélago siempre ha estado muy vinculado al Reino Unido. Uno de sus antepasados se hizo llamar Rey Jorge en homenaje al monarca inglés y fue un protectorado británico gran parte del siglo XX. A diferencia de su hermano, considerado un excéntrico, Tupou VI es profundamente religioso y conservador. A sus 52 años ha pasado por casi todos los cargos del gobierno y ahora debe concluir el proceso que abrió su hermano para democratizar el país, pues hasta la muerte de su padre, en 2006, Tonga vivía bajo un régimen casi feudal. La esposa de Tupou VI es muy querida en su país.

NO SON REYES PERO…

Lalla Meryem de Marruecos: La princesa adelantada

Es la hermana del Rey del Marruecos. La nueva generación de la dinastía alauita ha cambiado la vida de las mujeres reales. La madre de ambos todavía formó parte del harén y por tanto vivió recluida en palacio. Pero con la llegada al trono de Mohammed VI en 1999 las cosas cambiaron. Entonces soltero, designó a Meryem como primera dama y, aunque hoy su esposa (Lalla Salma) ocupa este cargo, Meryem sigue representando a la familia en actos reales como el Jubileo o la boda de Guillermo de Inglaterra. En 1997 ya rompió el molde cuando consiguió que su padre aceptara su divorcio, el segundo de la historia del país. Esto inspiró a su hermana Lalla Hasna, quien vivió una tórrida historia de amor con el torero español Miguel Báez El Litri en los años noventa. Su padre la obligó a casarse con un igual para cumplir con el Corán, pero una vez acometió su deber trayendo al mundo dos vástagos, también se divorció. Hasna regresó con El Litri pero la relación ya no cuajó y él se casó con Carolina Herrera hija.

Fortuna: 2.500 millones de dólares. Origen de la fortuna: minas de fosfato y patrimonio inmobiliario.

Maha Vajiralongkorn de Tailandia: EL heredero más rico

Es el heredero del Rey de Tailandia, el monarca más longevo del mundo con 66 años en el trono. También es el más rico con una fortuna estimada en 30.000 millones de dólares gracias a sus inversiones y el valor de sus propiedades. Este rey e Isabel II podrían compartir muchas experiencias, pero desde hace tres años su hijo le representa en todas partes pues varias dolencias misteriosas lo tienen recluido en un hospital privado. Sólo salió el año pasado para celebrar su cumpleaños. Nació en EEUU y se educó en Suiza. Tiene, por cierto, 136 doctorados honorarios. Tailandia es una monarquía constitucional pero el pueblo lo reverencia como un Dios. Él, por su parte, dona parte de su riqueza a proyectos rurales en el país. En los últimos años ha sido criticado por la comunidad internacional por su poca implicación en las graves crisis políticas del país y apoyar el golpe militar de 2006.